Quiero decir tantas cosas. Cosas que no digan nada. Cosas que dicen todo.
Quiero dejar de buscar casualidades con bocas y con historias para explicarme.
Quiero dejar de recibir flores marchitas, dejar de buscarles el significado de tu recuerdo envuelto en lagrimeos ó el recuerdo de aquellos, entre silencios sonrientes que hablaban más que un grito, y, cámaras lentas endulzantes como edulcorante.
Quiero dejar de desestabilizar mi inestabilidad. Tal y como estaba, pero no así.

De todo lo que tu acostumbras soy contradición

La complicidad es tanta que nuestras vibraciones se complementan
Lo que tienes me hace falta y lo que tengo te hace ser más completa
La afinidad es tanta miro a tus ojos y ya sé lo que piensas
Te quiero porque eres tantas cositas bellas que me hacen sentir muy bien.
Que soy, soy la locura que estremece, soy tu adicción
y tu eres mi felicidad, mi calma
soy...una colonia que va en busca de liberación
y tu eres esa dosis de esperanza.
soy...la cordillera que en la distancia te cura la visión con su elegancia.
De todo loco que lo intenta soy la frustración
tu eres ese reto que me encanta.

Una llamita

Sólo tres pequeñas chispitas tuvieron la capacidad de darle vida a la vacilante llamita. Indistintamente capaces. Diferentes intensidades. Erroneamente estimulantes, y a la vez, tan certeras todas y cada una de ellas.. pero sí, diferentes dentro de la similitud que las englobaba.
Una de ellas, la chispita que parecía más duradera, la que parecía la verdadera y se creía infinita, fue la que hizo en su desaparición que la llamita practicamente se apagara. Luego volvió pero esa llamita se vio capaz de encenderse con otra, y ahi entendió que no habia una 'única chispa'. Sin embargo e ignorando, esa mágica reacción que generaba la nueva chispita que ninguna otra pudo igualar, la dejo tirada por ahí chispando hacia otras llamas, y ésta llamita volvió a la primera y antigua chispa con mucha ilusión. Ilusiónes rotas y fuego débil otra vez, de nuevo y por mucho tiempo. Hasta que la tercer chispa apareció, vacilante ilusión creó, el fueguito de a poco intentaba crecer, pero igual no podía. Y al final, quedó más apagada todavía. La llamita entendió que la tercer chispita sirvió para confirmar el desprendimiento de la más antigua, pero sin embargo con es nueva desaparición, esa fue a la que más añoró.
Ahora dice no ser tan débil, la fuente de su intensidad pasó a ser dada por otra clase de chispitas alegres que desparraman muchas sonrisas y abrazos.

Palabras varias. Sin palabras

Era tan grande la necesidad de hablar que no sabía que decir. Eran tan inexistentes mis palabras que lo decidí. Me iba de viaje en busca de palabras, nuevas, de todas partes, desconocidas, palabras muertas, perdidas, coloridas y perfumadas. Quería hablar, hablarte, pero no tenía palabras.
Me metí en la selva y traje palabras silcenciosas, cantoras y salvajes. Navegué y le robé palabras a un pez. Caminé, escalé, trepé, me arrastré. Recolecte palabras de todos lados, de todo el mundo, en todos los idiomas, hasta de los idiomas que todavía no se inventaron y sólo unos pocos saben hablar. Pero no aparece. No la encuentro. No existe una que signifique lo mucho que te quiero. Quería hablarte, te quería hablar, pero no tenía palabras.

Paris at night

Tres fósforos de uno en uno encendidos en la noche.
El primero para ver tu rostro todo; el segundo
para ver tus ojos; el último para ver tu boca, y la
completa oscuridad para recordarme todo eso al
estrecharte entre mis brazos.

Jaques Prevert.

Era de noche. Una fría y larga noche. Los nervios acompañaban. No tardaron en aparecer sonrisas permanentes. Risas a carcajadas. Hermoso paisaje, las calles de Buenos Aires de noche. Corrientes iluminada y San Telmo en tu mirada. El arte de tu locura, canciones, besos.. y quedamos a oscuras.