20130729

Muerte no seas mujer.

''Entonces todo me parece absurdo, efímero, acosado por la muerte y corro a despertarme para gozar en ti el minuto de vida que me queda.''

Gonzalo Arango.

Sh.

Tan frágil...
 hasta el más pequeño de los susurros puede lastimarlo, hacerlo añicos. Romperle la existencia hasta lo más hondo. Necesario, y a su vez con una imponente fuerza para poder esclarecernos y hacernos entender lo inimaginable.
Prefiero callar, tu mirada dice palabras más lindas con la boca cerrada. Tu presencia entera, grita frases escalofriantes y tranquilizadoras.
Simplemente mi boca cerrada, mi cuerpo en silencio, sonidos apagados. Escuchándolo todo, percibiéndolo todo.

20130724

Máscaras de risa fantasma.

Con toda la máxima fragilidad posible encima mío. Es como si de pronto, no tuviese mas fuerzas y he me aquí, desistiendo.
La piel escalofriante, lágrimas deslizándose, un té a mi izquierda y para tratar de robarme sonrisas de fondo la voz del Flaco.
En realidad me encuentro ante la duda de si son lágrimas o en verdad son antifaces derrietiéndose, cayendo sobre mis mejillas cansados de no sacarlos a descansar hace mucho tiempo.
Quisiera poder convertir cada gotita en palabras, poder expresar de otras formas. Tener la receta para desatar ese nudo que se apodera de mi voz, haciéndola quedar nula.
Y si quisiera poder profundizar.. no puedo. La verdad es que ya no sé qué es exactamente lo que lo hizo que sea tan grande y duradero, qué lo desató en definitiva. Me doy cuenta que soy una enredadera, olvido fácil, o mejor dicho ignoro los motivos negativos importantes inconsientemente. Soy mi propia barrera.

Quiero más.

Fuimos poesía, fuimos muerte y resurrección. Droga, y quiero más.
Fuimos una hermosa ilusión, una fantasía. Inspiración a miles
de libretos para escribir obras completas de teatro, o guiones de
películas de las buenas (y por qué no una dulce canción).
Cuerpos transmitiendo tantas cosas.. equivocadas.
Un momento de confusión, o mezcla. Un momento con mucho vino.
Un momento efímero.
Yo no quiero un príncipe azul.
No puedo dejar entrar a las personas, me niego.

20130712

Hace frío.

Una noche de un fin de semana cualquiera.
Cualquiera no, una noche helada, con un viento que
soplaba las mejores locuras hacia nuestro oído.
Estaba repleta de un ambiente hermoso y con exeso de
población de risas.
Las estrellas tímidas se habían escondio, o quizá fueron
las nubes egocéntricas que las taparon, no lo sé.
Tanto frío que ni la luna quería salir.
Y nuestras miradas, ellas sí, querían salir a su encuentro.
Encontrarse para no saber cómo reaccionar, ni tampoco
qué sentir, ni qué recuerdo elegir.
De pronto apuraron al sol, se hizo de día, pero casi sin darnos
cuenta, ese día fue extremadamente corto. Y ahora sí, nos
encontramos con estrellas titilantes y una luna imponente.
Entre juegos y anécdotas, entre horas apresuradas que no
paraban de volar de acá para allá, entre masajes. Nos encontramos
después de quizá años, nos volvimos a cruzar con ese camino,
viejo y olvidado. Que en el momento parecía que fue ayer
la ultima vez que lo habiamos caminado.
Así sin más ni más, tus labios se pegaron a los míos
deseando generar la más linda de las atmósferas, deseando
como en los viejos tiempos revolucionarnos hasta las uñas.
Pero no fue así, simplemente todo se envolvió de amor,
pero amor incómodo. Ya tan encaminados en esa fantasía
nos habiamos olvidado de la realidad en la cual estamos lejos.
Tan lejos que ni ese beso tuvo la fuerza de juntarnos un poco más.
Sin embargo nos susurramos palabras que nunca antes habiamos
tenido el valor de dejarlas salir, y así quedo alimentado de magia
un bello recuerdo, envuelto en palabras que le aumentan belleza,
pero con todos los tintes de actualidad que necesita.

La espera.

¿Cuántas horas le hacen falta al día para que la noche no sea tan corta?
Ya no es la comodidad de hechar culpas, es la acumulación de tanto que hacer. Y estoy acá sentada, pero esto también es necesario.
El tiempo tan abstracto, tan concreto, amigo y enemigo ; casi un tesoro. Que encierra tantas historias, en las cuales no puedo concluirlas con un 'para tu piel', que no puedo resumirlas sin hacer mezclas de protagonismos. Esas historias que no van de la mano de reconocidos escritores si no más bien van embarcadas a la mar en notas musicales y en mares disidentes. Historias con un tono de fantasía también. Me siento en un microcosmos viviendo otras vidas, en constante juego y sin embargo es una sola, la mía. Algo muy importante que hay que gritarlo de acá para allá y que podría tranquilamente ser motivo de aprender a bailar salsa en zancos, es que una historia cerró mejor que cualquier final de cuento maravilloso, mientras que otras -y quizá alguna sin querer- quedó abierta.
Volví después de un largo trecho del camino sumergida al juego, volví más niña que nunca. Con tanta hermosura rodeandome. Con entuciasmos de manchar hojas y hojas detallando las historias que enroscan mi cabeza. Pero ahora, lo principal, es que se hace tarde y todavía hay una silueta a dibujar.

Alosojos.

En el momento de mayor planitud,
de la más plana y aburrida.
Apareció una mirada transparente
que revoluciona, pero principalmente
despertó el deseo de no esperar nada.
Una dulce lectura a los rayos del sol.
Y sin embargo respondo tardíamente,
o quizá sólo esperaba caricias, como
las que llegaron, así de sorprendentes
pero más abundantes o interminables.
Quedate así. Ahí.



Abril 2013.