Puedo pasarme los días sollozando por lo bajo cada vez que te respiro en un colectivo, entre las mezclas del octubre de ayer y el octubre de hoy. Pasarme cada minuto en esa mezcla, horrible y condenante.
Sería hipócrita rogarle al mundo que nos rodea que no nos dejen volver a cruzar palabras mirándonos los labios con deseo, que no nos cruzen más en carnavales de sorpresa, que no debería ser así.
Todo te trae, un extraño por la calle bañado en tu perfume, un libro de esas épocas doradas, un día que ayer era importante y tan sólo uno más, este mes en blanco y negro, la lluvia que se repite, mis sueños cuasirealidadespasadas, las recetas que piden volver a ser cocinadas una vez más, volver a pisar ese patio ó las recorridas por esas aulas donde nuestros días se bañaban en magia, el tono del teléfono, las noches para abrazar a alguien, noches con alguien, las canciones, ese viejo barrio, presencias y personas, lo que ya no es, incluso vos mismo te traés a mí.
Me regodeo de verte sin cambios, tan así como eras, sos, ¿serás? que almenos eso no cambió completamente.
M
e
r
e
t
u
e
r
s
o
Imagino el regreso
s
e
r
a
p
o
s
i
b
l
e...
eso?
besos,
besos,
besos amontonados y desparramados.. congelados algunos, esperando.
Voy a procurar no confundir más mis acciones cuando te tenga recostado en mi cama, entre mis brazos.
Una horrible noche de lunes,
un martes de reconciliados
y encuentros callados.