20120228

Nunca supo

Quise resistirme, me aferré a un árbol, tenía astillas, tenía maderas en las manos tenía un cigarrillo que no terminaba de apagarse. Después todo estalló, como estalla una máquina cansada. Una naranja.
Nunca supo él que habías rastreado su aliento en la espesura. Que te habías reflejado en el vidrio de su calvario. En los pequeños soles que volvían cada mañana a su árbol.