Esa cueva nos transforma.
El estar solos sin nadie al rededor
nos crea un mundo, que es mucho más bello
si estamos enredados y desnudos.
Ese juego en el que se nos dibuja todo,
la clandestinidad que envuelve
cada encuentro, y los libretos que nos tocaron
con mezcla de drama, porno y comedia.
Es tu forma de ser, tu ideal y tu sonrisa
lo que me llevó hasta allá, lo que me
hace hoy querer alejar.
Y sin embargo, no sé cómo dejar
de darle lugar a algo que disfruto.
Sin capacidad para privar nada,
con miedo de las consecuencias.
Pensando afuera, dejandome llevar adentro,
siguiendo impulsos cada tanto.
Y en la realidad llevamos vidas tan
distintas y vacías del otro,
como si nunca nos hubieramos cruzado
en este mundo.
El estar solos sin nadie al rededor
nos crea un mundo, que es mucho más bello
si estamos enredados y desnudos.
Ese juego en el que se nos dibuja todo,
la clandestinidad que envuelve
cada encuentro, y los libretos que nos tocaron
con mezcla de drama, porno y comedia.
Es tu forma de ser, tu ideal y tu sonrisa
lo que me llevó hasta allá, lo que me
hace hoy querer alejar.
Y sin embargo, no sé cómo dejar
de darle lugar a algo que disfruto.
Sin capacidad para privar nada,
con miedo de las consecuencias.
Pensando afuera, dejandome llevar adentro,
siguiendo impulsos cada tanto.
Y en la realidad llevamos vidas tan
distintas y vacías del otro,
como si nunca nos hubieramos cruzado
en este mundo.